Cuando se habla de trabajo personal, la gente cree que se habla de algo agotador, algo creado para personas espirituales, raras o que no tienen nada mejor que hacer que contemplarse.
Y en realidad el trabajo personal se trata de querer estar bien, de intentar ser y estar todo lo bien que cada cual pueda.
Es cierto que tienen ustedes que querer. Tendrán que poner todo de su parte para conseguirlo.
Es aquí donde las personas esperan que el terapeuta, un libro,un curso o un vídeo hagan el trabajo por ellos y ,como si fuese por ósmosis, se les pasen todos sus males y les llegue la felicidad eterna.
Contra todo pronóstico aparecen los primeros síntomas de malestar. Empiezan a interiorizar en sus heridas y descubren que, tras capas de aislamiento emocional, tienen un sufrimiento del que no eran conscientes y creían olvidado.
El primer paso para sanar las heridas es conectar con ellas y eso solo se consigue sintiéndolas; conectando con las experiencias que las originaron. Les puedo asegurar que agradable no es, pero es la única forma de puedan hacerse cargo del conflicto.
En este punto, las personas empiezan a cuestionarse si el trabajo personal no les estará haciendo sentirse peor de lo que estaban,ya que lo único que han conseguido es conectar con el dolor y el sufrimiento que tenían dentro acumulado.
El 90% de los abandonos se producen en esta primera etapa. Es entonces cuando vuelven a enterrar sus experiencias y emociones negativas, en lo más profundo de su ser, para que nunca más salgan a la luz.
De lo que no se dan cuenta es de que esa herida o heridas están presentes en su día a día. Para evitar sentir esas emociones, han modificado sus vidas o han creado una personalidad que, a toda costa, les proteja de volver a vivir esas experiencias negativas a nivel emocional.
Se puede decir que "las personas se hacen prisioneras de sus propias heridas".
Dejaron de ser libres, de vivir y de sentir, por temor a revivir aquellas primeras experiencias que marcaron su actitudes y aptitudes para toda la vida.
¿Qué hay personas que teniendo enterradas sus heridas se sienten felices? Seguro que sí; pero no poseen la auténtica felicidad que tienen aquellos que son libres de ser ellos mismos y de actuar con plena libertad,sin sentirse heridos.
No se engañen, el trabajo personal es cuidarse a nivel interno y/o emocional, para que los beneficios se vean en la realidad que viven en su día a día. Es una manera de quererse y prestarse atención, como cuando van a la peluquería, al gimnasio, al masajista,etc.
Una vez que saquen sus heridas, las sientan, las comprendan y las dejen ir; entonces podrán decir que están sanados. Dejarán atrás esa pesada carga que les ha condicionado su vida,la forma en la que la viven y la entienden.
Un afectuoso saludo.
Bea.